miércoles, 1 de octubre de 2014

Consejos de aupair a aupair


Si alguien lee el blog de una aupair suele encontrarse los dos extremos: aquélla que tiene la mejor familia del mundo y la que tiene la peor. En mi caso creo que no tengo la mejor, pero sí que es muy buena, a pesar de que de vez en cuando pueda molestarme algo (recordemos que ser aupair es un TRABAJO como cualquier otro).

He aquí por donde voy a empezar hoy, por recordar a todo el mundo que ser aupair no deja de ser un trabajo. Es como si fueras profe. Sí, te pasas el día jugando con los peques, haciendo con ellos pasteles y llevándolos de paseo. Pero también educándolos, enseñándolos a ser buenas personas, consolando sus penas y aguantándolos en sus malos días (que todos los tenemos). Y es que estoy un poco cansada de aquello de.... "¡Qué bien te lo tienes que estar pasando!". Pues sí, estoy disfrutando de mi experiencia y me lo paso fenomenal porque me encantan los niños y hacer actividades con ellos, pero después de estar más de 9 horas con ellos... Acabas cansado. ¿Qué hay de esos días que están hora y media llorando porque sí? ¿O las rabietas que cogen porque no quieren hacer los deberes? O ser pequeños e imitar todo lo que ven a sus hermanos, sea bueno o malo. Para todo eso también estamos las aupairs.

Ni que decir cabe, que necesitamos nuestras horas de desconexión y descanso. Para aquellas aupairs que estáis empezando, tened esto en cuenta. Entiendo que queráis gustar a la familia (a todas nos ha pasado) y que al principio queráis pasar más tiempo con los niños para que se acostumbren a vosotros/as, pero recordad que necesitáis descansar, porque si no, podéis saturaros en un momento determinado. Cuando tengáis vuestro día libre, disfrutadlo: salid a la calle, haced excursiones, tomad algo con amigos o leyendo un buen libro, pero dedicad ese tiempo a vosotros/as. Cuando llevéis dos o tres semanas con vuestra host family, lo entenderéis.

Yo con mi familia estoy súper a gusto y contenta. Evidentemente, puede que haya cosas que a ellos les haya molestado de mí como a mí de ellos, pero es lo que tiene la convivencia. ¿No creéis?

Otra cosa que tenéis que tener en cuenta es que aunque seáis flexibles en algunos aspectos, si hubiera algo que os molestara considerablemente o algo que en un momento os dijeron que iban a hacer o ibais a tener y no es así, sentaos con ellos en la mesa y habladlo tranquilamente. ¡No os preocupéis! Ellos también son personas y entienden que os pueda costar explicaros, pero seguro que juntos llegáis a una solución. Y os aseguro que es mucho mejor que estar pensando durante todo el día en aquello que os molesta. Por suerte, yo no he tenido ninguna situación así (¡toco madera para que no ocurra!) pero sí lo he visto desde fuera con otra aupair y es lo mejor.

Recordad siempre que, además de para jugar, estáis ahí para enseñar a los niños y para educarles. Es cierto que es muy duro regañarles y verles llorar si son pequeños o castigarles con algo si son algo más mayores, pero eso no quiere decir que les queráis menos, todo lo contrario. De hecho, si son algo más mayores, cuando habléis con ellos éste puede ser uno de los argumentos: "Si hago esto es porque te quiero, porque es lo mejor para ti, porque de esta manera...bla, bla, bla". Y si son más pequeños, tanto ellos como vosotros os sentiréis mejor si al reconciliaros acabáis con un beso y un abrazo.

De esta manera, al final del día siempre podréis decir... ¡ESTOY ORGULLOSA DE SER AUPAIR!

1 comentario:

  1. ¡Me encanta esta entrada! Qué buenos consejos, y qué precioso final para rematarla. Un beso guapa.

    ResponderEliminar